Consagración
a Nuestra Señora
Te
escojo hoy, María, en presencia de toda la corte
celestial, por mi Madre y Reina. Te entrego y consagro
mi cuerpo y mi alma, mis bienes interiores y exteriores,
y hasta el valor de mis buenas acciones pasadas,
presentes y futuras. Te dejo un entero y pleno derecho
para que dispongas de mí y de cuanto me pertenece, sin
excepción, según tu voluntad, para la mayor gloria de
Dios, en el tiempo y la eternidad. Amén.
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