La
escucha de la Palabra de Dios
30. Para dar fundamento
bíblico y mayor profundidad a la meditación, es útil que
al enunciado del misterio siga la proclamación del pasaje bíblico
correspondiente, que puede ser más o menos largo según las
circunstancias. En efecto, otras palabras nunca tienen la eficacia de la palabra
inspirada. Ésta debe ser escuchada con la certeza de que es Palabra de Dios,
pronunciada para hoy y "para mí".
Acogida
de este modo, la Palabra entra en la metodología de la repetición del Rosario
sin el aburrimiento que produciría la simple reiteración de una
información ya conocida. No, no se trata de recordar
una información, sino de dejar 'hablar' a Dios. En alguna
ocasión solemne y comunitaria, esta palabra se puede ilustrar con
algún breve comentario.
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